domingo, 12 de julio de 2009

Cultura del Vino FUERTES POLÉMICAS EN EEUU Y ALEMANIA

Crisis de la crítica

¿Cómo debe ser la crítica de vinos? ¿Debe incluso existir una crítica de vinos 'tradicional', ahora que cualquier aficionado del mundo puede crear un blog y exponer sus opiniones báquicas al resto de la Humanidad en tiempo real y a coste cero? ¿Cuál es la ética de la crítica de vino? Varios incidentes recientes han puesto de actualidad estas cuestiones.

Los ayudantes de Robert Parker, Mark Squires y Jay Miller (éste, responsable desde hace tres años de España, Argentina y Chile, entre otras zonas), han sido criticados al saberse que aceptaban viajes pagados a lugares como Israel o Argentina. Miller, en particular, ha sido reprendido por Parker y algunos opinan que su continuidad pende de un hilo. Su situación se ha complicado por un extraño incidente en el que dio diversas notas a vinos de la chilena Viu Manent que, al parecer, no eran vinos de calidad sino un mismo malbec mediocre en varias botellas, puesto ahí para fotografiarlas...


Días más tarde, una sorprendente rebelión de 14 famosas bodegas alemanas (luego, otras 14 más) contra la guía Gault-Millau provocó la dimisión inmediata de uno de los más destacados bodegueros, Armin Diel, coautor desde 1993 de la conocida guía germana junto al periodista norteamericano Joel Payne. La causa oficial de esa rebelión fue que la casa editorial pidió 200 euros opcionales a quienes quisieran más guías y una placa, sin que ello afectara para nada a la cobertura de vinos ni a las calificaciones. Fue, pues, más bien una coartada para aparentemente zanjar viejas rencillas con Diel. Pero como los rebeldes son famosísimos, como Helmut Dönnhoff o Egon Müller, y siempre con notas altísimas, se entiende mal. Uno de ellos, Knipser, es la 'bodega del año' en la última Gault-Millau y lo señala orgullosamente en su página de internet.


Con estos motivos se ha lanzado toda una campaña a favor de las catas a ciegas, que no es lo que hacen Parker, Miller, Squires ni los de la 'Gault-Millau'. Pero también han contraatacado los defensores de catas abiertas, como el respetado importador Terry Theise, quien señala que para juzgar las posibilidades de envejecimiento de un vino es útil hacerlo a etiqueta descubierta, porque se conoce la manera de trabajar de cada casa. La cata a ciegas, señala Theise, favorece a los vinos más amables de jóvenes, y puede dejar en mal lugar a grandes vinos con gran capacidad de desarrollo. Es lo que a veces se reprocha también a las catas, a ciegas, de elmundovino. Sopesando unas ventajas y otras, los catadores de esta casa prefieren esa fórmula, que favorece la objetividad.


Fuente Orriginal : elmundovino. el mundo.es