Últimamente la incorporación del oro en varios productos alimentarios parece ser la tónica dominante en la búsqueda de la exclusividad, el lujo, la originalidad, etc.
El helado se disfrutaría con toda la ostentosidad que se merece, una copa de oro cargada de incrustaciones de piedras preciosas sirve de cama para el Frrozen Haute Chocolate, el nombre del postre en cuestión. Se trata de una extravagancia, de una excentricidad que raya la locura y que pocos pueden disfrutar, aunque por el momento aún no ha sido solicitado por nadie.
Fuente
Directo al Paladar
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